viernes, 11 de marzo de 2011

RELACIONES ECONOMICAS CON AMERICA LATINA

I TEORÍA DE LA INTEGRACIÓN 3
1. Punto de partida: ¿La integración latinoamericana crea o desvía el comercio? 3
El argumento clásico y sus extensiones 3
Dos principales hipótesis 4
Métodos de cálculo 4
Opacidad de los datos estadísticos 5
Cambio en la protección externa 6
Variaciones en el comercio intra-grupo 6
Correlación múltiple 7
La apertura causal del análisis 7
2. Enfoque de la integración en disparidad y encapsulamiento disciplinario 7
La conjetura clásica de los países pequeños 7
Limitaciones explicativas 8
La liberalización como proceso heterogéneo 8
Interdependencia y negociación entre economías dispares 8
La gerencia de la integración 8
Disparidad y determinantes estratégicos 9
Conclusión: mayor sensibilidad ante las particularidades de la disparidad 9
II EL NUEVO REGIONALISMO 9
3. Dimensiones de una estrategia no tan nueva 9
Conceptos y líneas de acción 9
Nuevo regionalismo vs. Multilateralismo 10
Unión aduanara vs. Área de libre comercio 10
Institucionalidad en la integración 11
Integración concéntrica 11
4. Relación con las reformas estructurales. 11
Disciplina fiscal y dependencia frente a los aranceles 12
Política de privatización 12
Inversión extranjera directa y el sector externo 12
Política cambiaría 13
A modo de resumen 13
III LOS PROCESOS DE INTEGRACIÓN FORMAL 13
5. Desempeño de las uniones aduaneras latinoamericanas 13
Mercado común centroamericano 14
Antecedentes 14
El MCCA hasta la década perdida 14
Reforma del esquema y desempeño exportador 14
Disparidades intra-grupo 15
Creación de la unión aduanera 15
Comunidad andina de naciones 15
Antecedentes 15
El modelo andino 15
Reforma del acuerdo 16
Creación de la unión aduanera 16
Estrechez del mercado 16
Mercado común del sur 17
Antecedentes 17
Características y desempeño del Mercosur 17
Creación de la unión aduanera 17
6. ENSAYOS DE AMPLIACIÓN DEL MERCADO 18
Comunidad sudamericana de naciones 18
El área de libre comercio de las Américas 18
Evolución de la propuesta hemisférica 18
Elegibilidad estadounidense 18
El formato de las negociaciones 19
Bilateralismo implícito 19
IV OPERACIÓN DE LAS PREFERENCIAS Y COMERCIO ADMINISTRADO 20
7. del bilateralismo al sistema radial: el caso de México 20
Evolución del bilateralismo latinoamericano 20
Categorías de los acuerdos 20
Justificaciones teóricas 21
La concentración en un mercado exportador 21
Diversificación de mercados mediante acuerdos bilaterales 22
La múltiple membrecía mexicana 22
Medición del origen de una mercancía 22
Atomización del acceso a mercados preferenciales 22
Costes administrativos 23
Algunas consecuencias 23
8. ELIMINACIÓN DE LAS MEDIDAS ANTIDUMPING EN LOS ACUERDOS DE INTEGRACIÓN 24
Marco de referencia 24
Evolución de las medidas antidumping 24
La Ronda Kennedy del GATT 24
La nueva legislación estadounidense y la Ronda Tokio 24
La Ronda Uruguay 25
Enfoque político-jurídico 25
Enfoque económico 25
Acciones AD estadounidenses contra productos latinoamericanos 26
Costos directos e indirectos de las AD 26
El reverso del proteccionismo 26
Alternativas en las negociaciones en curso 27
Alternativas dentro de la normativa vigente 27
I TEORÍA DE LA INTEGRACIÓN
1. Punto de partida: ¿La integración latinoamericana crea o desvía el comercio?
Varios países deciden integrar una zona de libre comercio, saber si el acuerdo promueve la productividad o, en su defecto, simplemente sustituye de manera anticompetitiva proveedores internacionales por regionales. Elaborada por Jacob Viner hace más de medio siglo y enriquecida después por medio de nuevas variables y metodologías, esta dicotomía, que el y prácticamente toda la literatura de especialidad denomina creación, respectivamente, desviación del comercio, constituye el punto de intersección de las líneas de investigación mas durables del regionalismo.
La hipótesis vineriana no ha logrado salir de la zona gris de las impresiones empíricas y la falta de una metodología concluyente.
El capitulo inaugural de este libro analiza los problemas metodológicos en 3 uniones aduaneras imperfectas, El Mercado Común Centro Americano (MCCA), la comunidad andina de las naciones (CAN) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR).
La argumentación teórica de las uniones aduaneras y dos conclusiones empíricas importantes aunque contrapuestas: a) el regionalismo favorece los efectos competitivos, y b) los acuerdos de integración representan un fenómeno esencialmente proteccionista.
Para dirimir la contradicción entre las hipótesis de la literatura especializada, se apela a un método indirecto y una evidencia inesperada: el alto grado de correlación estadística entre las trayectorias del comercio interno de las tres agrupaciones.
La evolución del comercio interno de sus agrupaciones depende secundariamente del efecto de la formación de los acuerdos y, en ese sentido, puede decirse que sus consecuencias económicas escapan a la dicotomía clásica de la integración.
El argumento clásico y sus extensiones
Uno de los meritos más importantes de la teoría clásica de la integración es el reconocimiento de que la unión de dos o más mercados no siempre produce bienestar. Para saber si un acuerdo estimula la creación de comercio o la discriminación de proveedores competitivos, Viner recomienda estimar el contenido anticompetitivo del aumento del flujo comercial de la agrupación.
Dependiendo de los niveles de protección, el aumento del comercio grupal puede deberse a una u otra de las siguientes causas: a) creación de comercio, si el proveedor más caro es sustituido por el más eficiente, b) desviación de comercio, cuando el proveedor competitivo es el desplazado por el más caro.
Un mercado regional caracterizado por la rivalidad de sus industrias es más deseable que una unión de economías complementarias sectorialmente.
Uno de los postulados básicos de la economía, relaciona positivamente la competencia interfirma y la eficiencia productiva, aunque en los estudios cuantitativos se advierte que una abierta exposición a la competitividad internacional puede tener un efecto disruptivo sobre las industrias locales. La necesidad de que los acuerdos den cobertura a los vínculos comerciales más importantes a fin de minorar el flujo potencialmente objeto de discriminación.
Adoptar un arancel externo más bajo que el promedio arancelario anterior a la formación del acuerdo; la reducción arancelaria conlleva una disminución equivalente de los efectos onerosos de los acuerdos.
Considerar que las variables no consideradas son constantes. Propias del análisis comparativo estático las diferencias de productividad en un momento dado y en sus efectos sobre la sustitución de proveedores.
Para su solución, la teoría de las uniones aduaneras procede desde finales de los años de 1950 a una serie de ajustes, en su mayoría basados en enfoques dinámicos.
Dos principales hipótesis
Los sistemas regionales se clasifican en 2 grupos: en uno prevalece la creación de comercio y en otro el índice de desviación es superior a los efectos del regionalismo. Bhagwati y Panagariya (1996), y Krueger (1996) afirman que las áreas de libre comercio constituyen potenciales amenazas al sistema de comercio mundial y al bienestar de los socios porque desvían comercio y conducen a la formación de nuevos grupos de interés opuestos a la liberalización multilateral.
Para el segundo grupo de los trabajos las áreas de libre comercio y las uniones aduaneras crean comercio he inversiones. Rodríguez Mendoza (1999), y Olarreaga y Soloaga (1997) sugieren este efecto en los casos del MERCOSUR y la CAN.
Métodos de cálculo
Si exclusión de otros métodos existentes, los más utilizados en la investigación son seis. El examen de Admisibilidad ajustada y se emplea para identificar la desviación de comercio mediante la comparación entre el crecimiento efectivo y potencial (a partir de los valores anteriores a la creación del acuerdo) del comercio externo para saber “qué hubiera pasado en caso de no existir el acuerdo”. La desviación se interpreta como la caída en la tasa de crecimiento del comercio efectivo. El índice de Concentración Simple, beneficia de relativa aceptabilidad, divide la participación del comercio intra-grupo entre la participación del grupo en el comercio mundial. El coeficiente superior a 1 después de la formación del acuerdo implica un grado de concentración mayor al esperado. El Índice de Intensidad Comercial, compara la participación de las exportaciones de un país con las importaciones totales del país socio y las importaciones de terceros países.
Dos métodos tienen una notable sofisticación y ejercen mayor influencia entre los analistas. El primero, denominado modelo de Equilibrio General Computable (EGC) se encarga de formalizar un amplio número de datos en entorno a las relaciones económicas entre los sectores productivos, los factores de producción y varios métodos nacionales.
El segundo modelo, el Gravitacional, supone que el comercio entre dos países es una función creciente de su ingreso y población, y una decreciente de la distancia entre los países.
Si el comercio intra-grupo mantiene la misma relación con esas variables en los primeros años del acuerdo, entonces este último no desvía el comercio. El común denominador de estos es la cuantificación en el cambio de proveedores en años cercanos a la formación de los acuerdos.
Opacidad de los datos estadísticos
Una de las dificultades que debe enfrentar la determinación empírica de la creación-desviación de comercio es la incertidumbre en las evidencias empíricas.
Tipo de cambio
Uno de los hechos capitales de la productividad es que los precios internacionales no solo responden a las variaciones en la estructura de costos de producción, si no al tipo de cambio. Esta situación puede afectar la interpretación de los datos si las proporciones en las que incide el tipo de cambio se confunden con los efectos discriminatorios del comercio. La revaluación latinoamericana, sistemática entre 1988 y 1998, ilustra estos significados.
Un caso interesante es la depreciación del peso mexicano en 66 por ciento entre el 19 de diciembre de 1994 y enero de 1995, un año después de la entrada en funciones del TLCAN.
Comportamiento diferencial de los sectores
Las exportaciones latinoamericanas caen dentro de tres categorías principales: productos básicos sin elaborar (minerales, petróleo, productos agrícolas), productos básicos elaborados (industria alimenticia, productos metalúrgicos básicos), y productos manufacturados (automóviles, bienes electrónicos).
El aumento de la exportación representa más un fenómeno de transición de la competitividad nacional a la regional, que la desviación de los proveedores internacionales a favor de los regionales.
El riesgo de simplificar las causas de la variación de las corrientes de intercambio de bienes, es tanto más importante cuanto que estas últimas son inseparables de estrategias comerciales cada vez más específicas y complejas de las empresas.
Barreras no arancelarias
Existe un relativo consenso sobre la difícil cuantificación del efecto de las barrearas no arancelarias. A diferencia de los aranceles, su operación asocia los costaos económicos y de desgaste administrativo, y no se distingue claramente del uso legitimo para preservar derechos laborales, medioambientales, estándares de calidad o defender la industria local frente a practicas desleales. Cuotas, restricciones voluntarias a las exportaciones, reglas de origen escritas, proliferación de medidas antidumping (AD), barreras técnicas, medidas fitosanitarias, compras de gobierno y subsidios, entre otros, conforman una red de obstáculos al comercio que puede considerarse como aleatoria y no redundante con el regionalismo. Tener en cuenta aquí son las menores capacidades gerenciales e institucionales de los gobiernos y las empresas de América latina.
Su relevancia para la interpretación de la desviación de comercio puede ilustrarse con el caso de las (AD) de 2001 sobre las importaciones estadounidenses de miel provenientes de Argentina.
¿Cuál umbral para la medición?
La existencia de calendarios prolongados y discontinuos para la liberación intra grupo añade dificultades de distinto orden a la medición del regionalismo. Cabe notar que la fiabilidad de los resultados de la medición de la desviación depende de que el impacto del acuerdo esté asociado a la fecha de su entrada en funciones
En América Latina esta transición bastante accidentada y, por añadidura, cuenta con momentos de involución.
En una situación similar se encuentra la CAN. A partir de su creación en 1969, el esquema asiste a un incremento en la interdependencia subregional, si bien en el segundo lustro aparecen o se desarrollan situaciones de inestabilidad política que incluyen la modificación de sus miembros (Venezuela ingresa en 1973 y Chile abandona el acuerdo en 1976).
El MERCOSUR representa un caso relativamente distinto por su creación escalonada. Argentina y Brasil (97 por ciento del PIB de la agrupación y una proporción equivalente del comercio interno de la agrupación) firman en 1988 un tratado de integración bilateral y recién el 26 de marzo de 1991 establecen el Tratado de Asunción junto con dos socios de menor tamaño. Paraguay y Uruguay.
Aunque los métodos de cálculo suelen considerar varios alrededor del año de la formación del esquema, el criterio resulta insuficiente particularmente en América Latina, donde la falta de concentración causal es notoria.
Las distorsiones que provoca considerar información agregada o datos simplificados, no agotan las vicisitudes de la cuantificación de la desviación de comercio.
Cambio en la protección externa
El estudio de la protección arancelaria, el más intuitivo de los indicadores para saber si un acuerdo contribuye o no a la desviación de comercio, se recomienda por el hecho de que el efecto anticompetitivo de la integración interviene únicamente cuando existen barreras externas.
Un caso tiene lugar cuando el país más protegido busca precaverse frente a los riegos de triangulación comercial mediante aranceles externos comunes equiparables a los suyos (en el caso de las uniones aduaneras), o utilizando reglas de origen más estrictas (en las zonas de libre comercio).
A Entre 1985 y 1990, el índice de protección de los miembros de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), pasa de 278 a 100, incluyendo una substancial reducción de las restricciones cuantitativas.
Variaciones en el comercio intra-grupo
A partir de 1990 el comercio interno crece en los tres esquemas estudiados. El incremento más elevado se registra en el MERCOSUR.
Parte de la explicación se encuentra en los numerosos acuerdos comerciales recíprocos que jalonan el hemisferio, además de los programas especiales estadounidenses, que permiten la importación de productos latinoamericanos libre de aranceles o en condiciones especiales.
En el MERCOSUR, las importaciones subregionales de la Argentina y el Brasil muestran una trayectoria similar, mientras que la paraguaya y uruguaya es más dispersa.
También en la CAN la economía menor de la agrupación –Bolivia- registra una evolución diferente al resto. Lo propio acontece en el MCCA, donde Nicaragua aparece relativamente disociado de los demás miembros del esquema.
Correlación múltiple
El coeficiente de correlación permite observar cómo se relacionan entre sí dos o más variables. Aunque no mide el grado de creación de comercio, puede ser útil para validar nuestra presunción sobre la importancia de las externalidades.
Los tres acuerdos latinoamericanos difieren entre tres: la fecha de entrada en el vigor (o reactivación) de los tratados; la duración del periodo de transición, y las trayectorias comerciales de las pequeñas economías.
El MERCOSUR es 11.5 veces mayor (796.637 millones).
Recuérdese que el MERCOSUR se forma recién en 1991 (en 1988 su núcleo económico) y la CAN presenta fracturas importantes a partir de uno de sus miembros.
Las variables externas a los modelos que se derivan de la visión clásica de los esquemas de integración. Las principales consecuencias de esta prueba son dos: La primera es que las variaciones en el intercambio interno de las agrupaciones dependen en gran medida de variables extra grupo.
La segunda señala por default que la creación de los acuerdos no se encuentran entre las principales causalidades de la evolución del comercio intra-grupo.
La apertura causal del análisis
Una vez reseñadas las limitaciones en la medición de la desviación comercial, es necesario referirnos a sus consecuencias metodologías. Aunque la correlación carece de normatividad para el estudio del regionalismo, en el presente caso sugiere la necesidad de abrir casualmente el estudio de la integración.
Por sofisticados que sean los instrumentos de cálculo, la concentración en las casualidades internas de los acuerdos resuelve solo un aparte de la verdad, la cual, típicamente, deja de lado gran parte de la verdad.

2. Enfoque de la integración en disparidad y encapsulamiento disciplinario
El regionalismo latinoamericano son las consecuencias de la integración en disparidad, entre pequeñas medianas y grandes economías.
La integración en disparidad requiere la superación de las casualidades deterministas y los limites explicativos de la teoría económica.
La conjetura clásica de los países pequeños
Para la explicación de la incidencia de libre comercio sobre los países pequeños, la economía apela a un modelo estático compuesto de una economía pequeña (A, una grande (B) y dos bienes.
Se entiende que luego de proceso el equilibrio regional de los precios se restaura en un nivel más competitivo. Dado que A depende más de B del comercio Internacional para abastecer sus necesidades de consumo y producción, la apertura comercial de este último lo beneficia a través del abaratamiento de las importaciones, adquiridas sin arancel.
El aumento del comercio incrementa el PIB vía el estimulo a la eficiencia, el cual, a su vez, promueve la expansión del comercio.
Hinojosa-Ojeda, Lewis y Robinson (1997), establece que el libre comercio hemisférico incrementará el PIB real y las exportaciones de Estados Unidos, Argentina, Brasil, Chile y México.
Limitaciones explicativas
Escaith e Inoue (2001) abordan el grado de preparación de estas economías para acceder a un a zona de libre comercio con Estados Unidos.
Del IGE (1997) el cual se observa que las economías pequeñas registran menores capacidades para hacer frente el comercio administrado.
La liberalización como proceso heterogéneo
Que los acuerdos estipulen circunstancias cercanas al comercio administrado y no el pleno libre comercio se origina en la propia complejidad del proceso de liberalización.
El contraste en los niveles de protección arancelaria deja prever un proceso de liberalización dominado por el mayor esfuerzo latinoamericano.
La eliminación de las barreras no arancelarias representa el otro gran componente de toda liberalización comercial.
Antidumping ya que su objetivo es la promoción de la apertura de mercados extranjeros deslealmente protegidos.
Acuerdos Norte-Sur, como el TLCAN y los tratados de libre comercio firmados en Chile, Centroamérica y República.
Interdependencia y negociación entre economías dispares
La integración representa la interacción de un conjunto de actores y factores cuyo rango o variedad de problemas desborda con creces el ámbito del mercado.
La interdependencia crea un sistema de determinantes básicas capaces de mejorar “La habilidad de un Estado para lograr el equilibrio susceptible de limitar el que (otro Estado) obtenga beneficios desproporcionados”.
Intensificación de las interdependencias como un fenómeno que engloba situaciones de vulnerabilidad y de extrema complejidad.
Las interacciones de dos o más países se conectan con la cooperación solo cuando los instrumentos que adopta el proceso son capaces de controlar los factores de desunión, en particular la distribución no equitativa de los beneficios.
Negociación en disparidad.
La interdependencia en disparidad está íntimamente conectada con el debate sobre las diferentes capacidades negociadoras.
La existencia de instrumentos de control disuelve en parte el antagonismo, si bien la mayoría de los trabajos no precisa las condiciones bajo la cuales la disparidad deja de influir decisivamente en las relaciones internacionales.
La gerencia de la integración
Según su versión más conocida, estas comúnmente se desarrollan “alrededor de núcleos fuertes” con finalidad de conformar un sistema estable. La preponderancia de ambos países han estado sujeta a variaciones importantes en el pasado y solo después de la declaración Schuman del 9 de mayo de 1950, que puso las bases de “un sistema efectivo de paz en la región” entre los principales protagonistas de la segunda guerra mundial, ha sido moldeada en sus características actuales por una densa red de instituciones supranacionales.
Disparidad y determinantes estratégicos
La primera afirma que la preponderancia crítica de un país tiene un impacto disuasivo en la producción de conflictos; concretamente, la disparidad representa una condición de pacificación, ya que inhibe los conflictos y allana la adopción de políticas alternativas.
Los ordenes integrados, donde la hegemonía se materializa mediante normas e instituciones. Este argumento coincide con una idea definida en el periodo inmediatamente posterior al fin de la guerra fría por la literatura interamericana. Según está, la usencia de riesgos importantes para la primacía estadounidense estimula la sustitución de poder “duro” por una diplomacia basada en técnicas económicas.
La segunda corriente de pensamiento observa, por el contrario, que toda relación de poder combina elementos de consenso y coerción dispuestos de manera asimétrica: a mayor adhesión menor le corresponde un menor ejercicio represivo y viceversa.
Las relaciones interamericanas ofrecen abundante evidencia sobre la transición de uno a otro aspecto de la primacía estadounidense, la política de consensos al intervencionismo activo. Este proceso revela una tensión dinámica entre la hegemonía estadounidense y su política de súper potencia: en un extremo se busca la estabilidad del sistema integrado, en el otro se actúa en función de los intereses locales. Este argumento encierra una advertencia: la ausencia o ineficacia de las regulaciones o instituciones encargadas de preservar la igualdad jurídica de los países favorece el ejerció del poder “duro” y la expansión de los recursos del país preponderante a través de periódicos conflictos o, como menciona la ley de variedad, mediante en recorte del espectro de opciones de otros países.
Conclusión: mayor sensibilidad ante las particularidades de la disparidad
Según la mayoría de las áreas de estudio, los efectos negativos de la disparidad pueden ser mitigados: a) cuando las relaciones de preponderancia están reguladas por instrumentos distintos al mercado; b) si los beneficios colectivos prevalecen sobre los unilaterales, y c) el proceso de interdependencia conduce a una coordinación compartida de las políticas regionales.
II EL NUEVO REGIONALISMO
3. Dimensiones de una estrategia no tan nueva
La promesa del nuevo regionalismo puede resumirse en una sola frase: ordenar las políticas latinoamericanas de inserción a la economía internacional. Su más directo terreno de experimentación son las reformas del MCCA, la CAN, y el MERCOSUR, así como los nuevos acuerdos de libre comercio que jalonan al continente. Naturalmente, no todas las iniciativas responden a sus recomendaciones: la distancia entre las doctrinas y las decisiones se ensancha en este caso como resultado de las especificidades nacionales o del esquema, además de las ocasiones deficiencias en la prospección de las políticas.
Conceptos y líneas de acción
Para definir la nueva estrategia de integración, la literatura de especialidad ha empleado alternativamente los conceptos de “nuevo regionalismo”, “regionalismo abierto”, “regionalismo hacia afuera” e “integración profunda”.
Reynolds, Thoumi y Wettmann (1993), lo identifican como un “conjunto de mercados dinámicos, plenamente integrados a la economía internacional mediante la progresiva eliminación de las barrearas al intercambio comercial, en conjunción con medidas vigorosas encaminadas a incrementar el acceso social al mercado”. La CEPAL, por su parte propone vincularlo al modelo exportador a través de la armonización de la “interdependencia nacida de acuerdos de carácter preferencial y aquella impulsada por las señales del mercado, resultantes de la liberalización comercial en general”. El propósito es hacer coincidir la integración de facto con los objetivos de los acuerdos, para lo cual se recomienda buscar y sostener la estabilidad económica por medio de instituciones financieras regionales; la liberalización de, mercados nacionales y de sectores; la adopción de reglas claras y estándares compatibles con la OMC, y la racionalización de los acuerdos institucionales, estimulado su flexibilización.
Un concepto cada vez más utilizado, el nuevo regionalismo, prescribe la necesidad de combinar la liberalización de bienes, servicios y capital, con la armonización de los regímenes comerciales de los países miembros.
Otro concepto en boga es la integración profunda. Según Lawrence mientras la integración superficial de los años 1950-1970 favorece el incremento de comercio internacional sin afectar la autonomía decisional de los países miembros, la integración profunda promueve la interdependencia regida por las fuerzas de la internacionalización y la subsiguiente reducción de la brecha entre las políticas nacionales. Cuatro son las políticas de esta estrategia: menores diferencias en estándares y sistemas de producción; estabilidad de los mecanismos gubernamentales; erradicación de barreras arancelarias y no arancelarias de los mercados importantes, y supresión de las tarabas al comercio de servicios.
Nuevo regionalismo vs. Multilateralismo
Hasta la década de 1970, el Sistema General de Preferencias (SGP) y sus concesiones no recíprocas, no el GATT, representan la principal referencia de la reglamentación del comercio entre países industrializados y el curso de desarrollo. Después de 1994, el auge de la liberalización multilateral que acompaña la implementación de las reformas estructurales, otorga preeminencia al principio de reciprocidad. En ese contexto, el regionalismo se presenta como transitorio con mayor insistencia que en el pasado, justificado en el caso de América Latina por los “recortes y vacíos” de las negociaciones multilaterales (ALADI 1994).
Sus estipulaciones prevén: a) en las uniones aduaneras, que los aranceles y las restricciones impuestos a terceros países no deben ser ni mayores ni más restrictivos que la incidencia general de los aplicados antes de la definición del arancel externo común; b) en las zonas de libre comercio que los aranceles se eliminen con respecto al comercio de productos de origen; c) en ambos, que los calendarios de liberalización se sujeten a plazos razonables de tiempo.
Cabe observar que entre 1948 y 1994, periodo de vigencia de GATT, ninguno de los 124 acuerdos regionales notificados a este organismo recibió un dictamen de inconsistencia.
La Ronda Uruguay aprobó en 1994 el Entendimiento relativo a la interpretación del Artículo XXIV. Este convenio busca determinar la consistencia de los derechos aduaneros con base “en la evaluación general de las tasas de las tarifas medianas ponderadas y de los derechos de aduana recaudados”.
Unión aduanara vs. Área de libre comercio
Los efectos de las zonas de libre comercio se consideran similares a la creación de una unión aduanera.
En el caso del país con elevados niveles de especialización y generalmente orientado hacia el comercio internacional, se recomienda integrar una zona de libre comercio, ya que el arancel externo común podría incrementar el precio de gran parte de sus importaciones. El país industrialmente diversificado, debe preferir la conformación de una unión aduanera dado que necesita proteger un mayor número de industrias. No obstante la unión aduanera constituye el principal referente del regionalismo en Europa y América Latina, donde se le atribuye la capacidad de “coordinar frente al resto del mundo la política comercial de los países asociados.”
Los acuerdos preferenciales (previos a la integración comercial y superiores a la ausencia de acuerdos), la unión aduanera imperfecta (situación en la que se inserta el MERCOSUR, el MACCA y la CAN) y el mercado único.
Las dificultades de las uniones aduanera latinoamericanas en la década de 1980, ampliamente conectadas con el agotamiento de la estrategia de sustitución de importaciones, estimula la creación de zonas de libre comercio y sus mayor autonomía conceptual. La revisión de los significados de la zona de libre comercio, características el ser más liberal, (característica de la unión aduanera), incita una dinámica de competitividad que empuja los aranceles externos del país más protegido “hacia abajo”. La segunda de la hipótesis según la cual en una zona de libre comercio, el país con las barreras más elevadas tiende a reducir los aranceles hacia terceros.
En todos los casos subyace la idea de que la zona de libre comercio reduce los riesgos de la desviación de comercio.
Las zonas de libre comercio se completan con la liberación financiera, la incorporación de mecanismos de solución de controversias vinculante y acuerdos paralelos en materia medioambiental y laboral. La menor diferencia entre ambos esquemas explica que pueden darse fenómenos mixtos.
Institucionalidad en la integración
La densa institucionalidad que caracterizaba a los esquemas bajo la antigua estrategia, cede en los años de 1990 a favor de mecanismos flexibles de carácter intergubernamental.
Este rasgo de TLCAN, junto con su gravitación en la definición de políticas regionales, promovió en América Latina un modelo de baja institucionalidad al cual se le suponían más posibilidades que al europeo “de llegar a ser universalmente aceptable”. Representaba una alternativa más “consistente con la naturaleza de un Estado moderno”.
Integración concéntrica
Hasta mediados de 1970, la hipótesis según la cual la ausencia de disparidades críticas incrementa los potenciales económicos de una agrupación, concita consenso entre analistas y tomadores de decisión. La homogeneidad en los niveles de desarrollo permite a cada país hacer concesiones a las importaciones esperando compensar su crecimiento por medio de mayores exportaciones.
Luego del abandono de la planificación del desarrollo, de la crisis de la deuda de los años de 1980 y del advenimiento del modelo exportador, este requisito es reemplazado por la búsqueda de integración con el socia natural, el país o región con los cuales el comercio recíproco es superior a 25 por ciento.
En el corto plazo, se recomienda esperar a que la liberalización unilateral genere suficiente interdependencia para entonces crear nuevos acuerdos, mas importantes es uno de los aspectos implícitos de este criterio, subrayado por la concentración de las exportaciones latinoamericanas en pocos mercados externos: el fomento a la integración concéntrica.
4. Relación con las reformas estructurales.
El objetivo no declarado más importante del nuevo regionalismo haya sido la adaptación y respuesta de las políticas regionales a las reformas estructurales implementadas en América Latina desde finales de la década de 1980. Quince años más tarde este objetivo aparece oscurecido por el dinamismo absorbente del modelo económico en plaza.
Disciplina fiscal y dependencia frente a los aranceles
La disciplina fiscal, quizá la más trascendental de las políticas macroeconómicas del modelo “hacia fuera” tiene por meta tradicional reducir el déficit público para controlar el endeudamiento y los brotes de inflación.
La movilización de estos recursos para completar el ahorro interno, busca establecer un vínculo entre la inversión y un entorno macroeconómico sólido en condiciones de amplio endeudamiento, el manejo de la variable desequilibrante de esta ecuación, la presión de la deuda, ha tenido resultados muy modestos con indiferencia del tamaño de las economías latinoamericanas.

Política de privatización
La política de privatización se considera básica para el desplie¬gue de la reestructuración económica, sobre todo por su decla¬rado vínculo con otros grandes objetivos, la reconversión industrial guiada por el incremento en la eficiencia y la estabili¬dad macroeconómica. Su aplicación ha enarbolado como justi¬ficación la hipótesis de que la administración privada responde mejor que la pública a la racionalidad económica y la búsqueda de competitividad de las empresas. Sin duda, las privatizaciones han obrado con esta incidencia en casos como la industria bra¬sileña de acero, responsable de 28 por ciento del excedente co¬mercial de ese país a finales de la década de 1990 y en otros vinculados a los sectores de servicios, extracción y manufactu¬ras.
De distinta índole es la incidencia de esta política sobre los procesos subregionales. El abandono de los proyectos de in¬dustrialización conjunta en Centroamérica y la zona andina en la década de 1970, fue seguido de una serie de privatizaciones que permitieron la pérdida de contacto con las estrategias empresa¬riales. Más aún, el posicionamiento de las multinacionales en ra¬mas altamente exportadoras, hizo que la planificación productiva (incluyendo las opciones de encadenamiento y sustitución de insumos) fuera sustituida por la estrategia de las casas matrices de mantener una estrecha sintonía con los precios internacionales relativos. En estas condiciones, los esquemas se desvinculan plenamente de algunos instrumentos para intensificar los lazos económicos intra-grupo y en su lugar persiguen la integración con los grandes mercados
Inversión extranjera directa y el sector externo
El otorgamiento de trato nacional a la IED se institucionaliza en la mayoría de los países de América Latina a partir de la década de 1980, cuando las finanzas públicas apenas pueden hacer frente a los servicios de la deuda y los gobiernos no logran revertir el deterioro en la creación de empleo.
Su arribo a América La¬tina comporta dos etapas. En casi todos los casos, la primera fase se caracteriza por la adquisición de las empresas estatales, empezando por las mejor posicionadas desde el punto de vista de la eficiencia o el control de mercado. La segunda y más pro¬longada, se orienta a la industria manufacturera de exportación, sobre todo pasiva o maquiladora. En México y la Cuenca del Caribe, los costos de producción y la integración a las cadenas productivas sobre todo estadounidenses, trátese de industrias de alta tecnología (electrónica y automotores) o inten¬sivas en mano de obra (textiles y vestimenta).
En América del Sur, por el contrario, la IED se dirige principalmente a las fuentes de producción de materias primas, como el petróleo, el gas y la minería en general, y el sector de servicios (telecomunicaciones, energía, infraestruc¬tura y finanzas, CEPAL.2004c).
Es probable que los flujos de IED no respondan de manera sustantiva a las reformas estructurales y a las garantías de inversión foránea.
La orien¬tación de los flujos de IED sugiere tomar con cautela los efectos de los estímulos gubernamentales, ya que los niveles de desarro¬llo y no la profundidad en las reformas parecen jugar el papel primordial en el destino de los capitales.
Política cambiaría
El resto de América Latina ha imple-mentado tipos de cambio flexibles a partir de 1996. Con esto, la relativa estabilidad que proporcionaba el cambio fijo al comer¬cio y las inversiones internacionales, incluyendo un mayor con¬trol de los riesgos de inflación, se reemplaza por un régimen que privilegia los equilibrios ágiles en la balanza de pagos, pudiendo reducir los costos del ajuste en la parte real de la econo¬mía, aunque no por ello se controla mejor la inestabilidad cambiaría. . En el régimen flexible, la volatilidad y su consecuente incertidumbre impiden anticipar la intensidad y los efectos de las va¬riaciones en el corto plazo.

En el caso de la crisis argentina de 2001-2002 cuatro países con tipo de cambio flexible Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela sufrieron en un año variaciones superio¬res a 50 por ciento. El Sistema Monetario Europeo (SME). En esencia, el Sistema consta de una moneda cesta y de instancias regionales con funciones de coordinación e intervención en las fluctuaciones cambiarías. Con ex¬cepción de la crisis de 1992-1993, su operación redujo la vulne¬rabilidad de las monedas europeas frente a los choques externos, al tiempo que favoreció la coordinación fiscal y monetaria re¬gional. Otro modelo de referencia es la unión monetaria.

La eliminación casi completa o completa de la conversión de monedas puede permitirle a América Latina la estabilidad cambiaría y mejores condiciones para el intercambio comercial y los flujos financieros.

A modo de resumen
Si se consideran las características y el contexto del nuevo regionalismo, su promesa económica apa¬rece subordinada a las reformas estructurales y a la inserción al mercado internacional, incluyendo en este último caso a los acuer¬dos Norte-Sur. Una práctica de la inte-gración cuyos componentes pueden definirse de la siguiente manera: ausencia de tratamiento especial a las economías de menor desarrollo; rechazo de los mecanismos de cooperación o de sistemas de compensaciones; definición de las ventajas admi¬nistrativas en fun¬ción de concesiones sobre todo arancelarias, y políticas económicas que contribuyen a la desarticulación de los esque¬mas.

Finalmente, en la misma medi¬da que las reformas estructurales "continúan propulsando el pro-ceso de integración en el Hemisferio Occidental" y el modelo norteamericano de integración echa raíces en la agenda negociadora regional, la ausencia de un regionalismo anclado en la promoción de la interdependencia latinoamerica¬na favorece el reordenamiento de los vínculos económicos in¬ternacionales en función de la oferta y la demanda de las economías industrializadas.

III LOS PROCESOS DE INTEGRACIÓN FORMAL

5. Desempeño de las uniones aduaneras latinoamericanas
No todas las iniciativas regionales transitan por el ámbito de las reformas estructurales y la transformación del mapa de las relativas interdependencias en función del regionalismo hemisférico o la irradiación del TLCAN. Los tres esquemas de integración más impor¬tantes el MCCA, la CAN y el MERCOSUR operan dentro de estas particularidades.

Mercado común centroamericano

Antecedentes
El 13 de diciembre de 1960, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua suscriben el Tratado General de Integración Centroamericana por el cual se crea el MCCA. Al cual adhiere Costa Rica recién en 1962. Poco después se suscriben varios acuerdos bilaterales que ponen las bases del área centroamerica¬na de libre comercio de 1958. Estas iniciativas se refuerzan con un instrumento político aún vigente, la Organización de Esta¬dos .Centroamericanos (ODECA), creada el 14 de octubre de 1952.

El MCCA hasta la década perdida
El MCCA cuenta desde su creación con una estructura institucio¬nal que da amplia cobertura a las distintas facetas de su unión aduanera. El Consejo Ejecutivo, por su parte, pretende imprimir eficacia decisional al esquema apoyándose en las polí¬ticas elaboradas por la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIEGA). Dado que la normativización de las actividades in¬dustriales quedaba cubierta por un arreglo anterior (el Conve¬nio sobre el Régimen de Industrias), el Tratado General se concentra en la integración productiva; la supervisión de los asun¬tos monetarios es competencia de la Cámara de Compensación Centroamericana (CCC) y el Consejo Monetario Centroamerica¬no. El principal objetivo del MCCA, la creación de un mercado ampliado (Art. 2 del Trata¬do) es previsto como la perfección automática de una zona de libre comercio y la adopción de un arancel externo común en cinco años. Producto de la liberalización arancelaria y las facilitaciones monetarias, entre 1960 y 1965 el comercio intra-grupo registra una de las progresiones más destacadas de su historia: de sólo 33 millones de dólares pasa a 142 millones, un aumento de 430 por ciento.

El comercio de manufacturas, que inicialmente abarca a 41 por ciento de las transacciones. Los desajustes presupuestarios y el déficit de la balanza de pagos llevan a los países a modificar la normativa sobre desgravamen y a elevar los aranceles de los productos centroamericanos. El proceso de integración es sustituido por estrategias de alcance bilateral, lo cual anula los avances en materia de liberalización intra-grupo y definición del arancel externo común.

Reforma del esquema y desempeño exportador
La ODECA. Sus líneas de acción disponen la reactivación del arancel externo común (con la denominación de Arancel -Uniforme Centroamericano) y la liberalización comercial. El Protocolo de Guate¬mala firmado en 1993, impulsa la práctica totalidad de los ob¬jetivos del Tratado General: los programas de libre comercio y de unión aduanera, la movilidad de factores, la integración mo¬netaria y la estrategia de relaciones exteriores del esquema.

Entre 1990 y 1998, la exportación centroamericana de bienes manufacturados re¬gistra una tasa de crecimiento de 20.6 por ciento anual, por delante de México y de las economías asiáticas de mayor desempeño.

La participación del mercado centroamericano en el total de las exportaciones pasa de 16.0 por ciento en 1990 a 28.3 por ciento en 2002. La participación norteame¬ricana retrocede ligeramente a causa del estancamiento estado¬unidense y la persistencia de los obstáculos a las importaciones en ese mercado.

Disparidades intra-grupo
Estas tendencias se combinan con un Hecho interno importante: el cambio en la capacidad exportadora de los países miembros. Hace quince años, las exportaciones de Guatemala representa¬ban alrededor de 30 por ciento del total centroamericano, simi¬lar proporción le correspondía a Costa Rica y Honduras contribuía con casi 20 por ciento. Sólo Nicaragua tenía una par¬ticipación bastante menor, 7.5 por ciento. En 2003, por el con¬trario, Costa Rica genera alrededor de 50 por ciento de la oferta externa, mientras que Guatemala y El Salvador se posicionan en torno a 18 por ciento cada uno.

Otro indicador de estas disparidades es el PIB per cápita: en 2001 el ingreso costarricense es 10 veces mayor al de Nicaragua, mientras El Salvador, Guatemala y Honduras ocu¬pan posiciones intermedias. Guatemala aporta 38 por ciento del PIB centroamericano; El Salvador y Costa Rica 25.0 y 21.8 por ciento, respectivamente; Honduras 9.7 por ciento, y Nicaragua 4.7 por ciento, siempre en la posición de la economía más pequeña de la agrupación.




Creación de la unión aduanera
La uniformización de los aranceles externos, central para la crea¬ción de la unión aduanera centroamericana, representa el talón de Aquiles del proyecto. En la actualidad se rige por una estruc¬tura escalonada de O a 15 por ciento. Las listas de excepciones incluyen pro¬ductos importantes, como textiles, confecciones, calzado, llan¬tas y algunos productos agrícolas.

Los miembros del MCCA perciben al acuerdo como una fuente de estimulo para la IED y la oportunidad de mejor acceso para sus productos de exportación más importantes, textiles y vestimenta. La creación del área de libre comercio prevé seis categorías de desgravación lineales y dos no lineales. Con México se concluyen tres tratados inspirados en el TLCAN. Respecto a Europa, el esquema insiste en la conversión de los acuerdos preferenciales (no preferenciales) que lo unen a la UE en un acuerdo de asociación.

Comunidad andina de naciones

Antecedentes
El Acuerdo de Cartagena es suscrito por Solivia, Chile, Colom¬bia, Ecuador y Perú tras una década de expectativas y experien¬cias insatisfactorias dentro de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC). En la propuesta de la CEPAL de asociar el modelo de sustitución de importaciones es una estrategia de desarrollo en sectores específicos y en la visión escalonada del modelo europeo.

Luego de la segunda guerra mundial, los antiguos de la gran Colombia firman el 29 de octubre de 1948 la Carta de Quito, los estatutos incluyen el reconocimiento de la existencia de “vínculos especiales que unen entre sí a los Estados hispanoamericanos por su comunidad de origen y cultura”.

El modelo andino
Uno de los objetivos centrales del Acuerdo de Cartagena o Gru¬po Andino, la creación de una unión aduanera, se compone de dos medidas: a) la liberación del intercambio comercial, b) la creación de un arancel externo común, más específicos del modelo andino, proponen el trato diferencial de los países de menor desarrollo relativo y la armonización de políticas nacionales. La Programación Conjunta para el Desarrollo Industrial, "el elemento innovador por excelencia" de la integración andina, se concentra en tres industrias: metalmecánica, petroquímica y automotores. En adi¬ción, el esquema se dota de una serie de convenios encaminados a reforzar la subregión en los campos científico, cultural y educativo en el socio-laboral, y en la salud.

En el periodo 1970-1975, el Grupo Andino registra un in¬cremento de 265 por ciento del comercio total y una progre¬sión más importante aun de las transacciones comerciales intra-grupo, 444 por ciento. No impide los casos de inestabilidad política y, desde mediados de la década de 1970, un déficit público cuyo financiamiento por medio de créditos internacionales conduce a la crisis de la deuda. En para¬lelo se multiplican las violaciones a los compromisos, sobre todo para controlar los desequilibrios externos y estimular el comer¬cio generador de divisas, necesarias para el servicio de la deuda.

Reforma del acuerdo
El Protocolo de Quito de 1987 primeramente acerca las posiciones de los países en torno a las líneas generales a seguir; en la Reunión de Galápagos de 1989 los países adoptan el Diseño para la reorientación del Grupo Andino; el Acta de La Paz de 1990, por su parte, acuer¬da la aceleración de los calendarios para conformar la zona de libre comercio andina, y el Acta de Barahona de 1991 anuncia la puesta en marcha de la zona de libre comercio a partir de 1992. La definición del arancel externo común se prevé para 1995, aunque este calendario sufrirá continuadas dilaciones. Por lo pronto, en el nuevo enfoque domina la percepción de un proceso guiado por el mercado y no por las políticas, cambio de estrategia que se refleja en la decisión del Acta de Trujillo y el Protocolo Modificatorio del Acuerdo de Cartagena de 1996 de sustituir la denominación anterior del esquema por la de Comu¬nidad Andina de Naciones.

En 1995, el Acta de Quito establece las directrices de la re¬forma institucional del acuerdo, definidas con mayor precisión en el Acta de Trujillo. Reciben mayor énfasis los mecanismos intergubernamentales y la racionaliza¬ción del esfuerzo institucional mediante la incorporación de to¬dos los órganos de la CAN al Sistema Andino de Integración (SAI). Del 25 de julio de 2003, la subregión cuenta con las siguientes instancias: El Consejo Presidencial Andino, creado en 1990, ór¬gano superior conformado por los presidentes en ejercicio de los cinco países. La Secretaría General, creada en 1997, hereda el carácter ejecutivo de la Junta del Acuerdo de Cartagena y sus funciones de administración del proceso andino, supervisión del cumpli¬miento de los compromisos y elaboración de Decisiones
La zona de libre comercio andina no alcan¬za al conjunto de la agrupación a causa de la desvinculación del Perú, el cual opera desde 1992 a través.de acuerdos bilaterales.
Creación de la unión aduanera
La CAN todavía percibe al AEC como un instrumento idóneo para el logro de metas comerciales significativas, tales como, la ampliación definida del mercado; la estabilidad en el mediano plazo; la eficiente y más estable administración del arancel; la mejora en las condiciones de competencia mediante la reduc¬ción de las diferencias arancelarias; la mayor capacidad negocia¬dora en la perspectiva del ALCA; la preparación de políticas arancelarias más sofisticadas, y el incremento de la confianza en la zona andina.
Estrechez del mercado
Estos "ven como una mayor oportunidad el mer¬cado interamericano", e incluso "el MERCOSUR representa para la mayoría [de la subregión] una oportunidad más clara y accesible que el propio mercado común originado en el Acuerdo de Cartagena". La actitud tiene que ver con las dimensiones económicas de la agrupación, cuyo ingreso com¬binado es poco mayor al PIB de la Argentina, el segundo país en importancia del MERCOSUR, aunque con una población tres veces menor a la CAN. Cabe precisar que este ingreso correspon¬de en 72 por ciento a sólo dos países, Colombia y Venezuela.
En el año 2000 la IED alcanza 43.590 millones de dólares, el mayor de su historia, para luego desplomarse a 11.397 millones en 2003. La situación varía de país a país. Venezuela, con excepción del 2002 es el principal destino de las inversiones extranjeras; la segunda captación corresponde a Colombia, aunque el último año de la muestra registra un flujo de IED similar a Ecuador y Perú. En realidad esa enmienda no hacía sino reconocer la conversión del esque¬ma en una progresiva zona de libre comercio vinculada a trata¬dos rivales, como el Grupo de Tres (Colombia, Venezuela y México), con provisiones simultáneas dentro de una compleja asignación de competencias.
Mercado común del sur

Antecedentes
El Tratado de Asunción, mediante el cual se instituye el Merca¬do Común del Sur, fue suscrito el 26 de marzo de 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

El acuerdo firmado en 1980, también en Montevideo, busca aprovechar las ventajas no exploradas hasta entonces de los regímenes preferenciales. El objetivo no es el libre comer¬cio entre los signatarios, sino la gradual generalización de las concesiones comerciales acordadas por los acuerdos bilaterales y plurilaterales mediante la Preferencia Arancelaria Regional (PAR).

Formalmente, la PAR consiste en una reducción de los aranceles aplicados a terceros países. Su aplicación, cuyo nivel básico es de 20 por ciento, considera tres categorías: a) países de menor desarrollo relativo; b) países de desarrollo intermedio; y c) demás países

Características y desempeño del Mercosur
A su creación, el MERCOSUR adopta una estrategia desarrollista que ve en el crecimiento de los mercados una condición para la integración y el desarrollo económico con justicia y equidad so¬cial. El programa de liberalización se basa en una serie de reducciones arancelarias escalonadas de 1991 al 31 de di¬ciembre de 1994

Como en los casos del MCCA y la CAN, el MERCOSUR logra avan¬ces significativos en su primer lustro de vida en materia de liberalización automática y lineal. Ya en 1995 cubre a gr.arj parte de los bienes y servicios de la agrupación; Favorecidas por la inten¬sificación de las transacciones entre Brasil y Argentina, las ex¬portaciones intrazonales crecen a partir de 1990.

Creación de la unión aduanera
Igualmente típicos de la integración latinoamericana son los pro¬blemas que enfrenta este esquema en la creación de la unión aduanera. Como se dijo, el Protocolo de Ouro Preto propuso priorizar la "consolidación" del AEC mediante una estructura aran¬celaria distributiva entre O y 20 por ciento a partir del primero de enero de 1995.

La inestabilidad económica del núcleo de la agrupación ocasiona el empleo unilateral de barreras comer¬ciales, el debilitamiento del AEC mediante la ampliación de las listas de excepciones y el recurso a las reglas de origen para controlar el efecto de las cada vez más diferentes políticas co¬merciales hacia terceros países.

El MERCOSUR reacciona ante el exceso de perforaciones creando en junio de 2001 un Grupo de Alto Nivel para revisar la estructura del AEC, aunque la presentación de propuestas se pospone en varias ocasiones, la última prevista para el 30 de noviembre de 2004.

6. ENSAYOS DE AMPLIACIÓN DEL MERCADO

Comunidad sudamericana de naciones
El Área de Libre Comercio de Sudamérica fue pro¬puesto por el MERCOSUR a los países .de la CAN a fínales de 1995. En adelante, el proyecto estuvo sujeto a los vaivenes de la co¬yuntura sudamericana y a un triple proceso, bilateral, interesquema y basado en el desarrollo de infraestructuras
. Además de las iniciati¬vas grupales y separadas, una tercera categoría se refiere al con¬junto de proyectos incluidos en la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana y aprobada en 2000. Sus objetivos se refieren a 12 ejes geográficos, en par-ticular MERCOSUR-Chile, países andinos, la Multimodal Orinoco-Amazonas-Plata y la zona Porto Alegre-Jujuy-Antofagasta.
Recuérdese que la ALADI, su principal marco institucional, representa sobre todo un espacio de preferencias bilaterales y plurilaterales que carece de competencias para hacer acatar sus compromisos.
Un obstáculo importante representa la asimetría en los ciclos económicos de los países, una de las razones por las cuales aun dentro de los esquemas ha sido difícil emprender tareas de co¬ordinación de políticas fiscales y monetarias. En el periodo com¬prendido entre 1991 y 2003, la disparidad en la evolución del PIB de los países miembros del MERCOSUR fue superior a 4 puntos en 12 de un total de 13 años; en 3 años fue superior a 9 puntos. En la CAN, por su parte, la diferencia fue de 4.5 puntos o más en 11 años de la muestra y .en tres casos rebasó los 13 puntos. En el MCCA, finalmente, en 9 años.
El área de libre comercio de las Américas
Desde la perspectiva latinoamericana, la creación del ALCA pue¬de verse como una respuesta perentoria a algunas tendencias críticas de finales de la década de 1980, en particular la persis-tencia del fuerte endeudamiento externo, la desigual competen¬cia por la atracción de las inversiones extranjeras, el difícil acceso a mercados desarrollados y la marginación de América Latina de la política de grandes bloques económicos. La respuesta pretende revertir ese contexto mediante la promoción de las inver¬siones extranjeras, la transferencia de tecnología, la especialización industrial y el acceso estable al mercado estadounidense.
Evolución de la propuesta hemisférica
El proyecto empieza a delinearse en 1988 con la adhesión de Estados Unidos a la estrategia de las zonas de libre comercio con amplia cobertura temática. Ese año presenta junto con Ca-nadá al GATT la recientemente concluida Área de Libre Comer¬cio bilateral (ALCCEU) para su revisión a la luz del Artículo XXTV y enseguida establece una dinámica que permitirá en 1990 el anuncio de la Iniciativa para las Américas
Elegibilidad estadounidense
Con anterioridad y en paralelo al proceso hemisférico, Estados Unidos plantea varias condiciones para la realización de acuer¬dos de libre comercio. Las principales listas de requisitos se in¬cluyen en la Sección 202 de H.R. 553 y en el Anexo 4 del Memorando interdepartamental Política comercial hacia Latinoamé¬rica después del TLCAN del 22 de noviembre de 1993, ampliamente difundido en vísperas de la entrada en vigencia de este último Tratado. La Sección 202 incluye una serie de reformas que guardan similitud con las reformas estructurales de América Latina: eliminación de los subsidios a las exportaciones; recipro¬cidad en el acceso a mercados; membrecía de la OMC; disciplina fiscal; progreso en la protección de la propiedad intelectual; abolición de barreras al comercio de bienes y servicios; trato nacional a las inversiones extranjeras, además de tener una estra¬tegia de inserción a la economía internacional convergente con los objetivos comerciales con Estados Unidos.

Los países deben comprometerse en favor de la democracia; luchar contra la co¬rrupción y el narcotráfico; permitir el acceso equitativo a los mercados; lograr avances significativos en la apertura comercial; representar interés económico para Estados Unidos. No tener disputas pendientes con Estados Unidos en materia laboral o de expropiación.
El formato de las negociaciones
Entre 1995 y 1998, los grupos de trabajo recaban la informa¬ción necesaria de cada país en doce disciplinas comerciales: ac¬ceso a mercados, solución de controversias, procedimientos; aduaneros y reglas de origen, inversiones, normas y barreras técnicas, medidas antidumping derechos compensatorios, medi¬das sanitarias y fitosanitarias, economías pequeñas, compras del sector gubernamental, propiedad intelectual, servicios, y políticas de competencia.

El MERCOSUR hace una propuesta de tres fases. En la primera se incluyen procedimientos aduaneros; nor¬mas y obstáculos técnicos, y medidas sanitarias y fitosanitarias. En la segunda fase, acceso a mercados; inversiones; normas y obstáculos técnicos; medidas sanitarias y fitosanitarias; subsidios, antidumping y derechos compensatorios compras gubernamen¬tales; servicios; propiedad intelectual, y solución de controver¬sias. En la tercera fase, desgravamen arancelario; procedimientos aduaneros y normas de origen inversiones eliminación de subsidios; acceso de los servicios; adopción de políticas hemisféricas en materia de competencia, y armonización de otras disciplinas
Las diferencias entre las delegaciones se allanan sobre todo con el acuerdo Clinton-Cardoso de finales de 1997, cuando se adoptan tres criterios generales: a) negocia¬ción simultánea de temas y sectores según el procedimiento de la Ronda Uruguay; b) gradualidad del proceso en función del tiempo que necesite cada disciplina y c) búsqueda de equilibrio entre las posiciones nacionales como instrumento de conciliación de la heterogeneidad de intereses.
A partir de estos borradores, el Comité de Negociaciones Comerciales (CNC) del ALCA prepara la versión integral del texto, revisada por los ministros y secretarios de comercio en la Reunión de Buenos Aires en abril del 2001. Días después, la Cumbre de Quebec hace público el primer borrador del tratado, otorgando al proceso una aparente irreversibilidad.
Bilateralismo implícito
La composición intergubernamental de los grupos de trabajo y sus herederas, las comisiones nego¬ciadoras, promueven con su dinámica el bilateralisrno implícito con Estados Unidos. El intercambio de concesiones comercia¬les persigue dos objetivos: de un lado, mejorar el acceso al mer¬cado estadounidense y de otro, la apertura de los mercados latinoamericanos a las exportaciones del país del Norte. Entre las naciones de la CAN y del MCCA, los portavoces grupales carecen de representación oficial.

La Declaración de principios de la Cumbre de las Amé-ricas celebrada del 9 al 11 de diciembre de 1994, "la integra¬ción hemisférica se logrará sobre la base de los acuerdos subregionales y bilaterales existentes
En octubre de 2003, los ministros de 15 países se reúnen en Estados Unidos con objeto de hacer frente a esta inminente postergación y proponen la idea de un piso común del ALCA, donde los niveles de compromiso puedan definirse con base en los intereses y las decisiones de cada país o grupo de países.
IV OPERACIÓN DE LAS PREFERENCIAS Y COMERCIO ADMINISTRADO

7. del bilateralismo al sistema radial: el caso de México
El desempeño y los objetivos del subregionalismo lati¬noamericano se han visto continuamente rebasados por coyunturas críticas que exigían mayor cautela o la reversibilidad de las concesiones grupales, y por nuevas interde¬pendencias que, a su vez, tendrían a individualizar las agendas comerciales.

Cabe precisar que esta política precede la creación de los acuerdos de integración, aunque a partir de 1960 se ha renovado periódicamente hasta adquirir con el Tra¬tado Bilateral Argentina Brasil, el ALCCEU y los tratados de libre comercio inspirados en el TLCAN el carácter de programas de integración.

Evolución del bilateralismo latinoamericano
En un principio el carácter bilateral de esta estrategia responde sobre todo a la iniciativa extra-regional, deseosa de imponer condi¬ciones variables con el máximo aprovechamiento para las ex¬portaciones británicas y estadounidenses.
A partir de los años de 1960, el universo temático y la profundidad de los acuerdos bilaterales adquieren un mayor grado de estandarización, aunque siempre reflejando las políticas y prioridades económicas individuales de cada país.
Aunque su mayoría representa un obstáculo a la generalización de los compromisos de la ALALC, también refleja las dificultades que enfrenta la liberalización aran¬celaria en un contexto dominado por la estrategia de sustitución de importaciones.

Categorías de los acuerdos
Con la creación de la ALADI en 1980 se inicia el bilateralismo de estructura compatibilizada, más flexible en SAIS- objetivos con¬forme a su identidad como acuerdo preferencia, por primera vez aceptado dentro del GATT. Entre 1980 y 1985 se firman 30 acuerdos de Renegociación del Patrimonio Histórico de la ALALC y dos AGE bajo la denominación genérica de Acuerdos de Pri-mera Generación (APG).

Junto con los esfuerzos de recuperación económica, los miem¬bros de la ALADI firman, entre 1985 y 1990, 44 Acuerdos bilate¬rales de Segunda Generación (ASG). Catorce corresponden a la modalidad ACE y 30 se amparan en el Artículo 25 del Tratado de Montevideo, el cual regula las concesiones comerciales otorga¬das a terceros países, en este caso de Centroamérica y del Cari¬be.
El contexto de su puesta en práctica, dominado por el proceso de apertura de la mayoría de las economías, estimula la confección de listas preferenciales con un amplio número de productos y la recuperación de las viejas redes de intercambio.
Su universo temático incluye la reglamentación de la propiedad intelectual, las compras gubernamentales, el per¬feccionamiento de las disposiciones sobre reglas de origen, medidas antidumping derechos compensatorios.
Justificaciones teóricas
La justificación teórica de los acuerdos creados en los años de 1990 suele enmarcarse dentro del regionalismo abierto, oficial en gran parte de América Launa desde la Cumbre Iberoamericana celebrada en junio de 1994.

Tampoco la teoría económica ofrece sustento al bilateralismo, por considerar que representa un incentivo a la desviación de comercio e inversio¬nes bastante mayor a los acuerdos plurilaterales.
El área de libre comercio más favorable para el bienestar abarca al mundo, ya que excluye toda fuente de desviación comercial.
Aunque el sistema involucra me¬nores beneficios en su periferia, puede resultar atractivo para el país eje. Para el examen de esta afirmación consideremos el referido caso de México. Sus características nos permitirán eva¬luar la múltiple membrecía de acuerdos comerciales: a) desde la perspectiva de los beneficios para el país central, y b) a partir de su objetivo explícito, la diversificación de los mercados de ex¬portación.
La concentración en un mercado exportador
El elevado crecimiento del comercio exterior mexicano justifica la estrategia mexicana de inserción a la economía internacional a través de acuerdos de libre comercio, en particular el TLCAN.
Las causalidades que explican este auge todavía están sujetas a con¬troversia, sobre todo porque no existe un método que permita disociar los. Tres determinantes del periodo: el proceso de rees¬tructuración económica iniciado en los años de 1980; la inciden¬cia en el abaratamiento de la producción local que tuvo la crisis financiera de 1994-1995, y la apertura del mercado estadouni¬dense a través del Tratado.
A esta incertidumbre analítica se agrega el hecho que el 'éxi¬to' exportador se compone de diversos elementos, no todos benéficos.
A partir de 1994, la importancia del mercado estadounidense crece casi un punto anual hasta representar 88.7 por ciento en 2000, el mismo que en 2003
Son varios los factores que explican esta ausencia de diversi¬ficación. El primero está dado por la proximidad geográfica y la inusitada expansión de la economía estadounidense en la dé¬cada de 1990.
El segundo se refiere a la industria emblemática de la relación bilateral, la maquila.
Esto se combina con la importancia que tiene la IED de ese país para la industria y •la balanza de cuenta corriente de México.
Otro factor de la concentración en un solo mercado se ori¬gina en las características de la exportación no-maquiladora. Su déficit crónico se explica sobre todo por la dependencia frente a las importaciones de bienes de capital, en su mayoría de Esta¬dos Unidos. A esto contribuye el problema del paralelismo pro¬ductivo con otros países de América Latina, el cual determina la escasa demanda latinoamericana de petroquímicos, productos agropecuarios y extractivos.

Diversificación de mercados mediante acuerdos bilaterales
La concentración bilateral ha promovido en México la creación de incentivos a la diversificación de mercados, en particular mediante acuerdos comerciales.

Esa situación se observa tanto en las exportaciones amparadas en tratados de libre comercio, como en aquéllas que no benefician de este tratamiento. Entre 1990 y 2003, la absorción de las exportaciones mexicanas por parte del Grupo de Tres (Colombia y Venezuela, además de México) pasa de 0.92 a 0.51 por ciento, recuperándose entre 2001 y 2002como consecuencia del estancamiento de la economía estadounidense.
Si bien en la mayoría de estos casos se observa excedentes comerciales, el sector externo tiende a una integración cada vez más estrecha con la economía estadounidense.
El elevado correlato de las exportaciones a la UE, ligeramente superior al coeficiente que presentan las ventas al Canadá, permite redondear la dependencia del sector externo frente a la demanda de los países desarrollados.
Salvo el reciente acuerdo con la Unión Europea, cuyo tamaño económico permite colo¬car una parte mayor de las exportaciones sobre todo con parti¬cipación de capital europeo, los restantes acuerdos representan una opción marginal para México.

La múltiple membrecía mexicana
La pobreza de resultados de la estrategia de diversificación de mercados mediante acuerdos bilaterales podría deberse en al¬guna medida a un factor adicional poco observado: los costos administrativos de la múltiple membrecía

Las zonas de libre comercio aplican las preferencias pactadas exclusivamente a los bienes elaborados en los países miembros
La especificidad de las reglas de ori gen, hace que el exportador, aun en el caso de vender un solo bien, deba satisfacer distintos criterios de origen según el acuer¬do en el que se ampare.
Medición del origen de una mercancía
Para facilitar la exposición se consideran los métodos más utili¬zados por los acuerdos, el Cambio en la Clasificación Arancela¬ria y el Contenido Regional. El primero consiste en el 'salto' de un capítulo o partida del Sistema Armonizado de De¬signación y Codificación de Mercancías a otro según las determinaciones del acuerdo. Su relativa aceptación se1 debe a la certidumbre y neutralidad que ofrece a los exportadores, aun¬que también comporta dificultades, más sutiles en este caso.
Se utiliza este segundo método cuando el grado de transformación no es captado por el salto arancela¬rio.
El CR se utiliza principalmente en el caso de calzado, productos químicos y maquinaria.
El TLCAN otorga prioridad al CCA y a la determinación del país donde se fabrican los componentes extranjeros; menos importante resulta el lugar donde se realiza el embalaje, la ope¬ración industrial más importante o la última etapa de la manu¬factura.
Atomización del acceso a mercados preferenciales
En las condiciones de acceso a múltiples mer¬cados preferenciales, es necesario referirnos al sistema eje-rayos mexicano desde el ángulo de perspectiva de una empresa que busca diversificar sus mercados de exportación
Éstas son: a) hasta su estancamiento en 2000, representa la rama más dinámica de la industria de textiles; b) su grado de diversificación se cuenta entre los más altos de la rama, con nichos de mercado; c) a pesar de esto, la balanza sectorial es deficitaria (265 millones de dólares de exportaciones contra 856 millones de importaciones) y, en ese sentido, registra mayor presión para ampliar su oferta externa.
La fragmentación del acceso a mercados preferenciales no depende exclusivamente de la cobertura geográfica de los acuerdos, sino también de la variedad de las reglas específicas.
En síntesis, la atomización de las condiciones de acceso puede ser múltiple por la variedad de productos del mismo rubro que caben en RO distintas.
Costes administrativos
Cabe esperar que la elevada complejidad de los regímenes ori¬ginarios escape al conocimiento promedio de las firmas. Para apoyar sus gestiones se cuenta con la asesoría de BANCOMEXT, organismos empresariales y secretarías, aunque podría resultar insuficiente. Los exportadores mexicanos solici¬tan a la Subdirección de Auditoría Fiscal Internacional de la Se¬cretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

El proceso originario en su conjunto le genera a las empresas una serie de gastos que incluyen: a) la contratación de personal específico para el contacto con las autoridades competentes, b) monitorear precios e insumos ; c) la ocasional contratación de peritos en derecho aduanal d) contratar asesorías que permitan el diseño de estrategias para preservar los intereses de la industria en la nego¬ciación o revisión de los tratados de libre comercio; e) otros costos que resultan de la múltiple membrecía.

Las características de estos costes no permiten una cuantificación precisa. Un modelo sencillo permite acercarnos a la forma como se incrementa con la múltiple membrecía.
El único factor que permite la reducción del coste es la capacidad gerencia de las empresas, aunque ésta tiene el límite (L) determinado por irreductibilidad de algunas tareas. Este argumento se puede expresar mediante un coeficiente (L) y dos igualdades.
Según esta ecuación, la atomización de las preferencias afec¬ta el precio del producto de manera acumulativa. Para entender sus consecuencias prácticas apelemos a dos escenarios extremos dentro de una gradación de alternativas. En el primero, el mer¬cado externo tiene una preferencia suficientemente profunda como para asegurar la rentabilidad de la exportación y, en ese caso, la firma prosigue con la estrategia de diversificación.
Algunas consecuencias
Un efecto de la proliferación de acuerdos de limitada cobertura geográfica, de reducidas proporciones aun¬que no por ello menos paradójico, es la inhibición de la diversi¬ficación con el fin de mantener precios competitivos. Si la empresa percibe incrementos en el gasto administrativo, puede decidirla eliminación del algunos costos fijos simplemente con¬centrando las ventas en pocos países
La múltiple membrecía representa un es¬quema distinto a la suma de los acuerdos o a la acumulación de los beneficios en los términos dé la liberalización que aporta cada uno
La abundancia de acuerdos sesga las previsiones teóricas sobre el comporta¬miento económico de los sistemas 'eje-rayos' y pone de relieve la dimensión administrativa de las numerosas participaciones
La tercera conclusión se refiere a los significados que tiene la múltiple membrecía para la cabal comprensión del complejo efecto de las reglas de origen.
8. ELIMINACIÓN DE LAS MEDIDAS ANTIDUMPING EN LOS ACUERDOS DE INTEGRACIÓN
A diferencia de las reglas de origen, cuyo entramado técnico les confiere presunción de neutralidad, las medidas antidumping (AD) están sujetas a un proceso político-legal calificado frecuentemente de arbitrario

Sus secciones reportan una tendencia importan¬te para los acuerdos regionales Norte-Sur: los elevados costos directos e indirectos que tienen las AD en las economías menos desarrolladas.
Marco de referencia
Las negociaciones del ALCA y la ronda de Doha de la OMC. Según las disposiciones del art. vi de la OMC, adoptado a partir de 1994 por la práctica totalidad de los países de América latina, la definición del dum¬ping refiere el caso cuando el precio del producto que se va a exportar (en su defecto los costos de producción o el precio "justo" estimado a partir de una canasta de precios internacio¬nales), es mayor a su precio de venta en el mercado de exporta¬ción.
Se considerará que un producto es objeto de dumping, es decir, que se introduce en el mercado de otro país a un precio inferior a su valor normal, cuando su precio de exportación al exportarse de un país a otro sea menor que el precio comparable, en el curso de operaciones comercia¬les normales, de un producto similar destinado al consumo en el país exportador.
Evolución de las medidas antidumping
La historia de las AD se remonta a 1904, cuando Canadá adopta la primera legislación antidumping en el mundo con objeto de contener las importaciones de acero provenientes de Estados Unidos. El Acta Antidumping aprobada en Estados Unidos en 1916 apela a una definición similar de las AD.

El Acta es reformada en 1921 como parte del Acta arancelaria de emergencia. Sus estipulaciones difieren de las anteriores en varios aspectos. En primer lugar, ya no confor¬man una ley criminal que provea castigos, sino que la determi¬nación del dumping es administrada por el Departamento del Tesoro. El segundo rasgo es la ampliación del criterio de dumping para dar cobertura no sólo a la intención de crear daño, sino a los casos de daño efectivo o potencial a una industria

La Ronda Kennedy del GATT
La doble función de las AD ilustra, según Finger (1993b: 13-34), aquello que son las leyes de remedio comercial, simple protec¬cionismo, y lo que no pueden ser, una extensión de políticas anti monopólicas.
En estos años gran parte de los países todavía difiere la protección industrial a la política arance¬laria; en 1921, sólo seis países disponían de esta normativa
Aunque él Congreso de Estados Unidos no requería ratificar el Acuerdos sobre la Implementación, la desconfianza que le inspiran sus normas los lleva a emitir una ley según la cual el Código se aplicará sólo cuando no entre en conflicto con las leyes de ese país.

La nueva legislación estadounidense y la Ronda Tokio
La Ronda Tokio (1973-1979), escenario de nuevos reproches a las leyes estadouniden¬ses, sobre todo por la frecuencia con la que se inician las investigaciones AD sin tener suficiente evidencia de daño.
Entre la Ronda de Tokio y la Ronda Uruguay, Estados Unidos implementa tres normativas más con el fin de reforzar la protección a sus empresas: el Acta de Acuerdos Comerciales de 1979, el cual transfiere la investigación y determinación de dumping del Departamento del Tesoro al Departamento de Comercio, don¬de se concentran los defensores de las AD.
La Ronda Uruguay
La Ronda Uru¬guay concluye un Acuerdo Relativo a la Implementación del Art. VI, caracterizado esta vez por una detallada descripción di' los procedimientos permitidos. Una importante provisión toca a la utilización de 'la mejor información disponible.
En el caso de las pequeñas economías las provisiones de minimis del Acuerdo específicamente las exime de las acciones AD; respecto a los países de menor desarrollo, por el contrario, sólo se reco¬mienda prestar atención a esta característica.
Enfoque político-jurídico
El desarrollo de las AD como un principal regulador del comer¬cio internacional reposa en una literatura político-jurídica que tiene por común denominador la igualdad entre discriminación de precios y práctica desleal. La sinonimia está dada, según esta hipótesis, por las condiciones que favorecen la aparición del dumping, en particular cuando la empresa beneficia de una posi-ción monopólica en el mercado nacional; si existen diversas for¬mas de subsidio y de una manera menos precisa, cuando se aplican técnicas protec¬cionistas que permiten a la empresa ejercer control sobre los precios nacionales.

Los competidores encuentran localmente circunstancias iguales en materia de costos de capital, leyes y regulaciones sobre las inversiones, lo cual no ocurre en el ámbito internacional, donde varían de país a país.
El argumento del desconocimiento de otros mercados presupone la existencia de una inclinación general de las empresas por el dumping, una conjetura carente de validación y que de ser cierta destruiría los fundamentos del comercio in¬ternacional. Igual reparo plantea hacer responsable a las firmas de las características de su mercado nacional.
Otras caracterís¬ticas de estos mercados van en el mismo sentido: corrupción, lagunas legales, inestabilidad institucional y política, mercados de capitales pequeños, acceso menos expedito a servicios especia¬les, mayores dificultades en el transporte y la infraestructura.
Enfoque económico
La hipótesis económica del dumping se basa en la formalización de los principales datos del fenómeno de discriminación de pre¬cios. El modelo tradicional considera una relación de intercam¬bio comercial compuesta de una empresa monopolista (E) y dos mercados segmentados (el consumidor nacional no puede ac¬ceder a los bienes exportados), uno nacional (Mn) y el otro de exportación (Me). Se asume que las exportaciones de E son alta-mente sensibles al precio externo (Pe) y Mn y Me están suficiente¬mente segmentados como para permitir un precio nacional (Pti) más elevado; es decir, el dumping. Siguiendo la lógica de maximización de beneficios, E buscará igualar el ingreso marginal en el Mu al coste marginal en cada mercado.

Si el exportador enfrenta un contexto internacional de sobreoferta, éste reducirá sus precios (hasta donde lo permita el ingreso marginal) sin por ello buscar un efecto dumping, sino mantenerse en el mercado.
Obsérvese que en el largo plazo el dufflping vera reducidas sus posibilidades de aplicación, no sólo por la creciente apertura de los mercados 7 el predominio del comercio intra-industrial, el cual implica la Dosibilidad del dum¬ping recíproco; una especie de suma cero en los beneficios que puede reportar el dumping.
Un primer elemento re-velador de la natura¬leza de las AD es su función de sustituto de los aranceles en el control de los flujos comerciales.
En paralelo, la evolución del nú¬mero de casos siguió de manera aproximada los ciclos de rece¬sión y crecimiento económico, circunstancias en las que se incrementaron y, respectivamente, disminuyeron las acciones AD.
El problema para el análisis económico de las AD es que sus costos no se limitan a los dere-chos que debe erogar la empresa responsable de dumping, sin: que provienen de una variedad de fuentes, referidas en la sec¬ción subsiguiente.
Acciones AD estadounidenses contra productos latinoamericanos
Estados Unidos mantenía abiertas 37 inves¬tigaciones antidumping contra las importaciones latinoamericanas: 14 dirigidas a productos brasileños, diez contra productos mexi¬canos, seis contra argentinos, una contra las ventas de Chile T también una en el caso de Venezuela
Para profundizar en sus características generales tomemos un periodo consolidado: de 1980 a 2001, entre la ratificación del Acuerdo de la Ronda Tokio y el fracaso de la Reunión o: Cancún, pasando por el Código AD aprobado en la Ronda Uru¬guay.
Se entiende que el resultado final de las investigaciones puede ser: afirmativo, cuando se de-termina la existencia de dumping se establece su margen con los correspondientes derechos; negativo, si no encuentra dumping, y suspensión, cuando las empresas llegan a un arreglo directo y deciden retirarse del proceso.
Obsérvese que la relación positiva entre el tamaño del país y el número de inves¬tigaciones no guarda simetría con el resultado de la investiga¬ción; la distribución de los tipos de resultado aparece como aleatoria respecto al tamaño y al número de acciones AD.

Costos directos e indirectos de las AD
Los costos de las AD pueden dividirse en dos categorías: directos (derechos AD) e indirectos (costos administrativos).

Las AD ocasionan perjuicio a los exportadores incluso cuando la investigación no revela prácticas desleales. En una década, la pérdida ocasionada por las AD que no demostra¬ron dumping fluctuó entre 15 y 20 ad valorem, po¬niendo de relieve el otro componente de los efectos de esta normativa: los costos administrativos y sus diversas fuentes.
En los hechos se trata de una reacción a la relativa facilidad con la que las empresas estadounidenses pue¬den solicitar el inicio de una investigación AD y al propio hecho de su duración.
El reverso del proteccionismo
Las investigaciones antidumping también tienen efectos costosos para el país donde se inicia el caso. El estudio más completo sobre su impacto de la economía estadounidense es elaborado por la Comisión de Comercio Internacional.

Otro costo para Estados Unidos resulta de su (¿involuntaria?) contribución a la propagación de las investigaciones AD. En I ir 1990 y 2000, en el mundo se iniciaron 2 483 casos, el doble qui¬en la década precedente, con la particularidad de que en el segundo lustro se incrementaron las investigaciones contra las fu¬mas estadounidenses.
Si bien el conjunto de la región dispone de legislaciones AD, su aplicación muestra lagunas operativas, escasez de asistencia jurídica y una limitada capacidad institucional ejemplificada por la ausencia de manuales de procedimiento.
A estas condiciones se agregan los problemas de respuesta de las empresas latinoamericanas frente a investigaciones AD, ocasionados por las diferencias lingüísticas.
Las menores ca¬pacidades administrativas y, sobre todo, el mayor peso del gas¬to en materia de derechos AD y asistencia jurídica en el país demandante.
Alternativas en las negociaciones en curso
La preocupación por el menor desarrollo del sector producti¬vo de América Latina está parcialmente reflejada en la propues¬ta de Art. 15 del SADC en el tercer borrador del Tratado del
ALCA.

Antes de la aplicación de derechos antidumping [o compensatorios] se [hará a los exportadores una propuesta de compromiso de precios o se dará oportunidad para que el país exportador elimine los programas de subvención según sea el caso.
El texto no agrega prácticamente nada al párrafo correspondiente al menor desarrollo del Acuerdo General de la OMC.
La propuesta latinoamericana de ma¬yor relieve está resumida en el mencionado Art. 19 sobre Eliminación de medidas antidumping.
En la reunión del Comité de Negociaciones Comerciales (CNC) del ALCA en Lima en enero del 2001, los integrantes del MERCOSUR advirtieron que no aceptarían los resultados de esa negociación si las AD no formaban parte de la agenda.
Alternativas dentro de la normativa vigente
Aunque el reemplazo de las AD por políticas de competencia constituye una alternativa óptima, existen razones para pensar que en las actuales condiciones su implementación resulta prematura
De manera conexa, la existencia de un candado negociador: la Autoridad de Promoción Comercial (TPA, por sus siglas inglesas) fue aprobada en 2001 con un recorte que impide al Ejecutivo negociar las leyes de remedio comercial.
En este contexto, que los representantes estadounidenses se hayan declarado en la mesa de negociaciones "vigorosa mente opuestos" a cualquier cambio o enmendadura de las leyes de remedio comercial y hayan hecho de su conservación una de sus metas principales en la elaboración del Tratado.
En las regiones donde ha tenido lugar la substitución de AD por políti¬cas de competencia (en la Unión Europea y en la Unión Adua¬nera entre Australia y Nueva Zelanda), ha sido necesario un proceso de dilatados tiempos.
Es importante tener en cuenta las alternativas pro-competitivas dentro de la actual es¬tructura jurídica de las AD.
Esto debería acompañarse de mayor rigor en la determinación de la existencia de dumping. La segunda postula elevar los reque¬rimientos para la operación del concepto de "rama de produc-ción nacional".
El conjunto de estas recomendaciones apunta a la necesidad de negociar las leyes de remedio comercial atendiendo a información precisa, específica y adoptando un enfoque flexible.






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